Hola, soy Edgar Suárez y mi vida cambió radicalmente en el 2001 cuando perdí a mi madre debido al cáncer. Con apenas 21 años, quedé a cargo de mis dos hermanas menores, enfrentando la dura realidad de convertirme en una figura de apoyo, tanto como hermano, padre y madre. Ese desafío me enseñó desde temprano que, con trabajo duro, espíritu de lucha y mucho amor, es posible superar cualquier adversidad.
A lo largo de 8 años, trabajé en una biblioteca pública en Venezuela con un salario mínimo, pero fue allí donde comenzó a formarse mi mentalidad de emprendedor. Con determinación, logré lo que muchos creían imposible: comprar un vehículo 0 km, un reflejo de que todo cambio empieza por la mente.
En 2008 decidí lanzarme al mundo del emprendimiento y fundé una agencia de publicidad. No fue fácil, mi primer sueldo tardó meses en llegar, pero sabía que había tomado el camino correcto. Trabajé con pequeñas y grandes empresas y, eventualmente, llegué a colaborar con el presidente de la república en ese entonces. Sin embargo, la crisis de mi país le pego al sector publicitario y las regulaciones me afectaron profundamente, llevando a la quiebra mi empresa. Emprendí en el mundo de eventos trabajando con marcas como NUVO y Temptation donde pude mover a mas de 30.000 personas en eventos.
En medio de esa incertidumbre, una fotografía de la Isla La Tortuga en Venezuela me devolvió la esperanza. Al visitar la isla, vi un lugar lleno de oportunidades y decidí emprender en el turismo. Pese a las dificultades y la falta de permisos, construí una empresa enfocada en explotar el potencial de ese paraíso. Pero la situación económica y de inseguridad en Venezuela me obligó a emigrar a Chile.
Ya en Chile, me reinventé como chef, organizando cenas clandestinas, lo que me permitió seguir persiguiendo mi pasión por emprender. Al poco tiempo, una de esas cenas llevó a la creación de un restaurante, donde ayudé en la logística y el manejo del personal. Luego, una nueva oportunidad surgió cuando visité Valle Nevado y me di cuenta del potencial turístico de la zona. Así nació otra vez mi empresa turística en Chile, una empresa que luego expandí a Brasil.
Durante la pandemia, cuando el turismo se detuvo, creé un negocio online de ventas de productos, adaptándome a la nueva realidad y logrando buenos resultados.
Hoy en día, sigo enfocado en crear e invertir en emprendimientos, compartiendo mi experiencia para motivar a otros a no rendirse, aprender de los errores y siempre avanzar. Mi historia no es solo de éxito, sino de reinvención, adaptación y perseverancia.
